viernes, 24 de enero de 2014

Cuando se imprimía la leyenda

Hoy es 24 de enero, San Francisco de Sales. Patrón de los periodistas en España. Del estado ruinoso de esta profesión escribí hace un mes en la revista Informadores. Esta es mi reflexión: 

 Crisis del periodismo y la comunicación. ¿Hay salida?


Para trasladar al lector la forma en que yo veo al periodismo actual y la brutal crisis del sector de la comunicación, pido atención sobre la imagen seleccionada. En ella vemos como se amenaza al reportero, fotógrafo, editorialista, entrevistador, director y editor del Shinbone Star, el inefable Dutton Peabody que interpretaba el gran actor Edmond O’Brien en la película El hombre que mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, John Ford, 1962). Y el que amenaza no es otro que Valance, pistolero, matón, cuatrero, buscavidas del Oeste que no consiente que un simple gacetillero publique sus fechorías y dé a conocer al mundo sus crímenes. Peabody es un romántico de este oficio, un hombre que trabaja de sol a sol en su pequeño pueblo buscando, husmeando, destapando hechos noticiosos, una suerte de periodista acosado por el Mal en su sentido más estricto. Su antagonista, que está a punto de matarle a golpes delante de su misma rotativa, es la metáfora de los peligros que han hecho presa fácil en los comunicadores españoles y en sus maltrechas empresas: la caída publicitaria, la dependencia del poder político, la alineación en trincheras ideológicas que nos empujan hacia una pendiente empinada al final de la cual está el más absoluto desastre. Por ser claro y dejarnos de paralelismos cinéfilos: los periodistas tenemos en parte lo que nos hemos buscado dejándonos llevar por una terrible bipolarización de este país, y tenemos también lo que nos ha caído encima por la reconversión del sector (Internet, redes sociales) y la recesión que ha castigado el proyecto de decenas de medios de comunicación.

            ¿Salida para este pozo despiadado que ha obligado a cerrar empresas y a despedir a miles de profesionales? La primera que se me ocurre es la definitiva dispersión de la política y el periodismo, en la que cada uno de nosotros tenemos mucho que hacer, que decir, y lo que es más importante, que decidir. La segunda vendrá dada por la recuperación económica que todos deseamos a este pequeño Shinbone del Oeste que es España. La tercera es la adecuación de nuestros soportes a este mundo por descubrir que se ha abierto ante nuestros ojos y corazones. Recientemente volví a la Radio tras diez años de trayectoria en Televisión, y descubrí que este medio está tratando de avanzar en ese territorio por colonizar en el que los jóvenes nos llevan ya la ventaja de unas trescientas carretas. Lo mismo debe ocurrir en los demás. Nostalgias trasnochadas por ese periodismo romántico de hace décadas servirán para que entonemos todos canciones irlandesas acodados en la barra de un bar con una pinta de cerveza negra en la mano y con lágrimas en los ojos, pero no aportarán nada al futuro de la comunicación.



Copyright © Víctor Arribas

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